¿Tienes un par de gafas formuladas cerca?, ¿qué piensas al verlas? Seguramente hay algo que no pasa por tu mente y es el hecho de que son consideradas uno de los inventos de la edad media que cambiaron el mundo.
Si estás buscando un nombre para dar respuesta al quién inventó las gafas formuladas, aquí lo tienes: Alessandro Della Spina. Pero para quienes quieran conocer la historia… ¡ajústense bien las gafas que vamos a hacer un viaje en el tiempo!
¿Cómo es que llegamos a tener las gafas formuladas que conocemos hoy día?
A continuación vamos a ver la evolución de las gafas formuladas, ha sido laaarga y esperamos no demorar; pero te anticipamos que tuvieron que pasar como 500 años no más para que se les ocurriera colocar patas a las gafas (esos palitos que reposan en tus orejas).
Las piedras de lectura:
Imagina que eres un monje italiano en el siglo XIII, muchos de tus compañeros en el monasterio se están poniendo viejos y han dejado de hacer la única actividad que los congrega allí: estudiar.
En tus largas sesiones de lectura descubres un “Libro de Óptica” de la autoría del erudito y astrónomo árabe Ibn al-Haytham, en donde se sugiere que el vidrio pulido en forma de esferas puede ser usado para mejorar la vista de algunos. Con ayuda de otros compañeros te pones a la tarea de pulir cristal de roca y cuarzo hasta obtener una forma esférica, la colocas sobre un texto escrito, ¡y ves que se agrandan las letras! Bueno, pues esto mismo lo vivió Alessandro Della Spina.
Gracias a la creación de esta piedra de lectura se logró que los monjes más viejos, quienes sufrían de presbicia, pudieran reintegrarse a sus labores. Hasta ese momento no existía una solución para incluir a las personas con problemas de vista en la vida cultural y artística.
Entonces, las gafas representaron un gran avance en temas de inclusión social y por esto son consideradas uno de los inventos que cambió la historia de la humanidad.
Los primeros lentes dobles
Ahora es momento de que olvides tus deberes de monje y te pongas en los zapatos de los “cristalleri”. Eres entonces un artesano del vidrio en Murano, una isla de Venecia, tu comunidad ha guardado por años el secreto de la fabricación del cristal blanco.
La regla sobre no compartir la fórmula con nadie, es tan estricta y efectiva que el mundo mira a tu isla con recelo. En compañía de otros cristalleri se te ocurre pulir, no una, sino dos piedras de lectura en forma más curva y unirlas con un marco de madera.
Conforme pasa el tiempo resulta imposible proteger el secreto y para asegurarse de que Venecia continuará siendo el líder del negocio, los jefes de tu comunidad deciden permitir que algunos forasteros fabriquen “cristales para los ojos”.
Entonces, este producto (que ya se parece un poco a las gafas formuladas actuales), llega también a Alemania y a otros lugares del mundo. Esto alimentó la innovación en el marco de las gafas, algunos reemplazaron la madera por plomo, cuero, carey, hueso de ballena, hierro, plata o bronce.
Aquí eso de la inclusión social de las personas con problemas de vista se complicó un poco, pues los materiales que mencionamos anteriormente hicieron que el acceso a las gafas fuera posible solo para los ricos.
¡Por fin! Gafas formuladas con patitas
Como te contamos arriba, se demoraron un montón en incluir patas a las gafas para sostenerlas en la cara sin ayuda de las manos, confirmando así que lo obvio es invisible a los ojos (¿o cómo es que iba la frase? 🤔)
En todo caso, se les ocurrieron ideas poco prácticas como usar gorros para mantener los lentes en la cabeza y damos gracias porque desistieron.
Continuando con nuestro viaje en el tiempo, es hora de ir al año 1784, eres Benjamin Franklin y ¡oh sorpresa! no ves ni de cerca, ni de lejos. Tienes que usar dos pares de gafas y cansado de esta situación, se te ocurre dividir los cristales horizontalmente, así:
La parte superior te facilita la lectura y la parte inferior ver objetos a larga distancia. Y así inventas los lentes bifocales.
Nos adelantaremos hasta el año 1908, para visitar el laboratorio del reconocido científico óptico Moritz Von Rohr y su compañero, el oftalmólogo galardonado con un Nobel, Allvar Gullstrand. La dupla dedicó sus esfuerzos a los lentes oftálmicos para pacientes con cataratas.
Finalmente, perfeccionaron su técnica y lograron las gafas formuladas que conocemos hoy día, las cuales hacen posible que las personas vean con claridad cuando miran a través de las zonas periféricas del lente. Incluso estamos ya en la etapa de las gafas de realidad aumentada como las Apple Glasses.
¡Hemos llegado al final del viaje! Esperamos que ahora veas tus gafas con otros ojos, han pasado por mucho. Si quieres estar al tanto de más datos Ver&Interesting sobre el mundo de la salud visual, síguenos en Instagram, allá te compartimos contenido casi a diario 😎.
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